El diputado nacional y exministro de Economía, Ricardo López Murphy, presentó en la Cámara de Diputados un proyecto de ley que propone la creación de una nueva moneda nacional denominada Argentum (AG), que reemplazaría al peso actual a partir del 1 de enero de 2026.

Según el texto, cada Argentum equivaldría a 1.000 pesos actuales, lo que implicaría una eliminación de tres ceros en la denominación monetaria. Además, la centésima parte de esa unidad se denominaría centavo. La iniciativa busca simplificar cálculos, reducir errores y ordenar el sistema monetario argentino, aunque el propio legislador aclaró que no se trata de una medida económica de fondo, sino de una herramienta técnico-administrativa.

La transición entre monedas se realizaría durante un plazo de seis meses, en los cuales pesos y Argentum circularían simultáneamente. Luego de ese período, el peso dejaría de tener curso legal.

Ricardo López Murphy. Redes

Antecedentes y fundamentos
López Murphy recordó que existen antecedentes históricos en el país, como el Decreto PEN 2128/1991, que dio lugar a la creación del peso en reemplazo del austral, con la eliminación de cuatro ceros. Aseguró que su proyecto sigue una lógica similar y respeta los derechos adquiridos y contratos existentes, sin alterar el poder adquisitivo real.

“La eliminación de ceros no modifica el valor de la economía, pero permite un sistema monetario más claro y ordenado”, argumentó el diputado liberal. El texto también cita experiencias internacionales similares que fortalecieron la confianza del público en sus monedas.

Impacto en bancos, sueldos y operaciones financieras
En caso de aprobarse, todas las entidades bancarias y financieras deberán convertir los saldos en pesos a Argentum, lo que implicará una adaptación tecnológica para operar con ambas monedas durante el período de transición.

Los sueldos, jubilaciones, pagos de cheques, contratos y precios también deberán expresarse en la nueva unidad monetaria desde su entrada en vigencia. El proyecto establece que todos los instrumentos legales, financieros y administrativos deberán ser ajustados a la nueva denominación.

Debate abierto
Si bien la propuesta se presenta como una solución técnica con impacto práctico, deberá superar el debate político en el Congreso, en un contexto de alta sensibilidad social y económica. La viabilidad de su implementación dependerá del consenso legislativo y de la aceptación social ante un eventual cambio de moneda. (Con información de Clarín)