Mi termo, mi decisión
Mi termo, mi decisión

Hace un par de semanas, un jugador de fútbol de Estudiantes de La Plata tuvo que pedir perdón porque, en un posteo que hizo, se veía que su termo tenía el escudo del equipo al que le tocaba enfrentar. Aclaró que la imagen que circuló no había sido “a propósito”. Comparto aquí su descargo —editado para facilitar la comprensión—:

Lo que ocurrió ayer con el termo, acepto que fue un error de mi parte por llevarlo previo a un partido de copa, en el cual sé que estaremos a la altura. Quiero pedir disculpas a la gente que se sintió mal, pero nunca tuve ninguna intención mala. También aclarar que lo tengo hace un año y también lleva el escudo del Cádiz y de Estudiantes… Siempre daré todo por el club que represento y, una vez más, DISCULPAS…”

Es algo difícil de creer.

Aunque desde hace un tiempo me impuse la consigna de no leer comentarios en redes sociales, en esta oportunidad preparé una selección de lo que le dijeron los “hinchas” de Estudiantes en la red social X, y que seguramente motivó su descargo:

* Más pelotudo no se consigue, encima que es horrible como lateral.

* Es un idiota, pero si pidió perdón ya está.

* Andá, pelotudo, no sabés ni escribir.

* Hay que ponerlo suplente ante Cerro. Si no, ¿qué pasa si regala un gol? Mamita, se lo come la gente…

¿Qué sucedió después? Eligieron a Arzamendia como el mejor jugador en su puesto en toda la Copa Libertadores, justo en la semana del partido polémico. Un poco de justicia divina.

Leer los mates

Existen personas que dicen leer el futuro en la palma de la mano, en los pies, en los sonidos del estómago, en los pezones y hasta en la forma de los glúteos. Lejos de juzgar esos poderes que te pueden llevar (quién te dice) hasta la Casa Rosada, lo que propongo es que estudiemos las novedades en la costumbre sagrada para anticipar lo que va a pasar. Aunque usted no lo crea, el Oráculo de la Yerba Mate ya existe. Siento que llegué tarde a todas las ideas, como Ulises Dumont en El viento se llevó lo que.

Dejando de lado los chistes: con ese nivel de estupidez humana que castiga a alguien por mostrar agradecimiento en su termo, ¿a quién le puede sorprender lo que ocurrió apenas unos días después en la cancha de Independiente? No es un hecho aislado, más allá de los errores de seguridad y la complicidad de dirigentes y fuerzas del orden. Lo de Arzamendia es apenas una muestra homeopática de la histeria que nos subyuga.

Empezar por casa

Confieso con vergüenza que he sido ofensivo con los mates de plástico, los termos demasiado fanfarrones y algunas yerbas compuestas. Y como no soy de aquellos que ven la realidad desde arriba de una montaña, me duele reconocerme en actitudes propias de la época. Voy a hacer un esfuerzo de empatía y evitar cualquier mueca cuando vea a alguien cargar un mate con un cable USB, o tomar una yerba con sabor a frutos del bosque. Después de todo, ¿quién soy yo para decir cómo debe ejecutar la costumbre sagrada cada ser humano?

Lo importante es el ritual.

Ramificaciones de la industria

Las exportaciones de yerba aportaron más de 1.100 millones de dólares en los últimos veinte años. Cada renovación en las formas de consumo de la bebida más rica del mundo abre una rama comercial pujante. Tal es el caso de los termos personalizados que motivaron esta entrega.

Estos emprendedores cuentan cómo se les ocurrió la idea y muestran algunos ejemplos. No creo que Messi haya sido el pionero, pero sí podemos asegurar que sus costumbres materas se vuelven tendencia al instante. Darwin Núñez también rinde homenaje a sus clubes, en esa nota donde podemos verlo tomando mate con un futbolista húngaro del que ya hablamos en El efecto Marton. Para confirmar cómo han influido los futbolistas en la masificación de cada una de las subindustrias, recomiendo este artículo de una empresa de platería criolla.

Doy un paso atrás y me hago unas preguntas: ¿deben cuidarse, de aquí en más, los futbolistas a la hora de mostrar sus termos personalizados? ¿Qué hacer ante la amenaza latente de convertirse en blanco de una violencia despiadada?

La respuesta es no. Ni un paso atrás. Nuestro termo es una extensión de nuestro cuerpo. Y aunque ahora no esté de moda decirlo, vale recordarlo: no se opina de los cuerpos ajenos. Lo que sí vale la pena preguntarnos es si cada foto que posteamos con nuestros utensilios no es también una forma de publicitar nuestra intimidad.

¿Qué puede haber más íntimo que mostrar la ceremonia dueña de nuestros labios y de nuestros pensamientos? Lo dejamos ahí, por ahora.

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CBU: corresponsal.deyerba

Caja de Ahorro del Banco Francés a nombre de Santiago García