
La tensión en Medio Oriente se intensifica nuevamente. Este martes, el ministro de Defensa de Israel, Israel Katz, instruyó al Ejército a “responder fuertemente” a una nueva andanada de misiles lanzados por Irán, que impactaron en territorio israelí, horas después de que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunciara un alto el fuego.
La medida de represalia se ordenó pese a que el primer ministro Benjamin Netanyahu había confirmado, más temprano, que Israel aceptaba el cese de hostilidades propuesto por Washington, asegurando que “se han cumplido los objetivos bélicos”, entre ellos, eliminar la amenaza nuclear y de misiles balísticos iraníes.
Sin embargo, el cuadro sigue siendo confuso. Según el Ejército israelí, “hace un rato” se identificaron lanzamientos de misiles desde Irán y sonaron sirenas en varias zonas del país. La ofensiva iraní se produjo pese a que se esperaba que cesaran las hostilidades a las 04:00 GMT, como parte del acuerdo promovido por Trump.
Desde Teherán, el ministro de Exteriores Abbas Araqchi negó que exista un acuerdo formal de alto el fuego, aunque insinuó que Irán podría detener su respuesta si Israel cesaba sus ataques antes de las 04:00 hora local. “La decisión final se tomará más adelante”, escribió en la red X.
Distintas versiones desde Irán también afirman que no se recibió ninguna propuesta formal de Estados Unidos, y acusan a Washington y Tel Aviv de manipular la información para justificar nuevas ofensivas.
La confusión reinante y los discursos contradictorios de ambas partes ponen en duda la vigencia y seriedad del alto el fuego, mientras el mundo observa con preocupación una posible escalada que podría tener consecuencias imprevisibles para la región.










