
Las playas de Copacabana, uno de los paisajes más emblemáticos de Río de Janeiro, se convirtieron en escenario de duelo y reflexión. En la mañana de este viernes, cuatro cruces vestidas con remeras de la Policía Militar y Civil fueron instaladas frente al hotel Copacabana Palace como homenaje a los cuatro policías muertos durante el operativo de contención en las favelas de Penha y Alemão, donde más de 120 personas perdieron la vida.
El emotivo memorial fue organizado por la ONG Rio de Paz, reconocida por utilizar el espacio público para visibilizar la violencia y rendir tributo a las víctimas de la inseguridad en Brasil. En esta ocasión, el gesto estuvo dedicado a los efectivos que fallecieron durante la intervención contra el Comando Vermelho (CV), una de las organizaciones narcocriminales más poderosas del país.
El homenaje en la arena
Las cruces, alineadas sobre la arena y cubiertas con camisetas oficiales de las fuerzas, exhibían una mancha roja a la altura del corazón, simbolizando la sangre derramada en cumplimiento del deber. Debajo, las fotografías y nombres de los agentes caídos recordaban la dimensión humana de la tragedia:
- Marcus Vinícius Cardoso de Carvalho (51), conocido como Máskara, jefe de investigación de la 53ª DP.
- Rodrigo Velloso Cabral (34), integrante de la 39ª DP.
- Cleiton Searafim Gonçalves, del Batallón de Operaciones Especiales (Bope).
- Heber Carvalho da Fonseca, también del Bope.

El operativo más letal de Río
El operativo realizado el martes movilizó a más de 1000 agentes en una acción considerada una de las más grandes en la historia de Río de Janeiro. Según fuentes oficiales, el objetivo fue desarticular células del Comando Vermelho que operaban en los complejos de Penha y Alemão y habían comenzado a expandirse hacia Barra de Tijuca.
El saldo fue devastador: más de 120 muertos, decenas de detenidos y un número aún no confirmado de heridos. Las autoridades incautaron armas de grueso calibre, municiones y vehículos utilizados por la organización criminal, aunque los principales líderes lograron escapar.
El testimonio de un compañero
Entre los transeúntes que se detuvieron ante el homenaje estaba Luís, un joven oficial de 26 años, que interrumpió su entrenamiento matutino para contemplar las cruces.
“Esos son cuatro héroes que murieron por la población, haciendo el papel correcto”, dijo con la voz entrecortada. “Que todos puedan ver lo que ellos pasaron allá adentro. Son verdaderos héroes y debemos agradecer que aún hay quienes luchan por nosotros”.
El oficial contó que al ver las cruces por primera vez, tuvo que detenerse. “Estaba haciendo un entrenamiento de diez kilómetros y no pude seguir. Volví después para sacar una foto de este lindo homenaje”, relató conmovido.
Consultado sobre si teme enfrentar situaciones similares, respondió: “No siento miedo, pero uno siente el escalofrío en la piel. Lo que queda es gratitud y el recuerdo de esos tipos”.

Reflexión y memoria
El acto en Copacabana no solo simbolizó la pérdida de cuatro agentes, sino también el impacto social de la violencia urbana en Brasil, donde los enfrentamientos entre fuerzas de seguridad y organizaciones narco continúan cobrándose vidas tanto de civiles como de policías.
“Me pongo en el lugar de ellos. Sé lo que pasaron allá adentro. No es fácil”, dijo Luís antes de despedirse del memorial, mientras las olas rompían suavemente a pocos metros, en una mañana cargada de emoción y silencio.









