El nombre de Tony Janzen Valverde Victoriano, alias “Pequeño J”, de 20 años, irrumpió en la escena criminal internacional tras ser señalado como el presunto ideólogo del triple femicidio de Florencio Varela, en el que fueron brutalmente asesinadas Brenda del Castillo (20), Morena Verdi (20) y Lara Gutiérrez (15).En la madrugada del 22 de septiembre, las jóvenes fueron secuestradas con la excusa de una fiesta, torturadas con golpes y puñaladas, y sus cuerpos hallados cuatro días después en un pozo. Según la investigación, los sicarios transmitieron parte del ataque en tiempo real para enviar un mensaje de terror a la organización criminal. Entre los implicados figura Matías Agustín Ozorio, supuesto lugarteniente de Valverde.
Originario de La Libertad, Perú, “Pequeño J” es acusado de integrar una red transnacional dedicada al tráfico de oro, sicariato y extorsión, delitos frecuentes en la región minera de Trujillo, donde la extracción ilegal de oro ha desplazado al narcotráfico como principal motor de violencia.
La Policía Bonaerense halló documentos, armas y pruebas de movimientos millonarios vinculados a Valverde en allanamientos realizados en Florencio Varela y La Matanza. Además, registros de antenas telefónicas lo ubicarían en la zona del crimen. Las pesquisas también lo relacionan con bandas venezolanas dedicadas a secuestros y extorsión.
Interpol emitió una notificación roja para su captura, mientras las autoridades de Argentina y Perú colaboran para localizarlo. Se sospecha que Valverde llegó al país con el objetivo de expandir las operaciones ilegales de su organización, que combina minería ilegal, narcotráfico y homicidios por encargo.
La búsqueda de “Pequeño J” continúa mientras crece la alarma por el avance de las mafias del oro y su vínculo con el sicariato en Sudamérica, un fenómeno que cruza fronteras y deja una estela de violencia.