
De regreso de su viaje a Estados Unidos, el presidente Javier Milei reiteró este domingo la necesidad de avanzar con un paquete de reformas estructurales que, según dijo, resultan imprescindibles para evitar “un colapso” económico en la Argentina.
En declaraciones recientes, el mandatario volvió a apuntar contra la “corporación política y sindical”, a la que responsabilizó por frenar proyectos clave como la Ley Bases, que contempla cambios laborales, reducción del gasto público y alivio tributario. Milei subrayó que tanto inversores privados como organismos internacionales condicionan su apoyo financiero a la capacidad del Gobierno para concretar esas transformaciones.
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Reformas laborales, previsionales y fiscales
El capítulo laboral del proyecto oficial propone limitar la ultraactividad de los convenios colectivos, migrar el sistema de indemnizaciones hacia un seguro de desempleo y reducir las cargas patronales. Estas medidas enfrentan una fuerte resistencia gremial.

En materia previsional, el Ejecutivo analiza la creación de un sistema mixto con el objetivo de garantizar la sustentabilidad del régimen jubilatorio. Por otro lado, el plan fiscal busca reducir impuestos distorsivos, compensando la baja de recaudación con un recorte más profundo del gasto del Estado.
Obstáculos políticos y apuesta al shock reformista
Con minoría en el Congreso, el oficialismo depende de acuerdos puntuales con otros bloques para impulsar las reformas y no descarta apelar a herramientas alternativas dentro del marco constitucional.
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Pese a las dificultades, Milei insistió en que “el ajuste lo paga la política” y se mostró confiado en la viabilidad de su programa. La estrategia presidencial apuesta a un shock de reformas que implicaría un alto costo político en el corto plazo, pero con la expectativa de beneficios económicos futuros en un escenario de estabilización aún frágil y con tensiones sociales en aumento.