
El próximo 2 de julio, la Cámara de Diputados podría debatir una iniciativa que plantea modificar el huso horario oficial de la Argentina, proponiendo atrasar una hora los relojes en todo el país. La propuesta fue impulsada por el legislador radical Julio Cobos, quien argumenta que el desfasaje actual con respecto al huso que le corresponde al país afecta el consumo energético y la productividad.
Actualmente, Argentina mantiene el huso horario UTC -3, pero según el proyecto, debería volver al huso UTC -4, como indica el sistema internacional para su ubicación geográfica. «Argentina tiene un desfasaje entre la hora oficial y la que realmente nos corresponde. Esto genera varios inconvenientes», sostuvo Cobos.
El proyecto de ley establece que la nueva hora oficial regirá todo el año y busca aprovechar al máximo la luz solar, especialmente durante las mañanas, reduciendo así el uso de energía eléctrica, particularmente en momentos de crisis energética global.
Coordinación con el Mercosur
Además de la modificación horaria local, Cobos instó a los países del Mercosur a analizar una posible coordinación regional para facilitar las actividades comerciales, bursátiles, de transporte y comunicación entre los miembros del bloque.
«El contexto internacional, marcado por la crisis energética global y los altos costos de los recursos como el gas y el petróleo, obliga a revisar nuestras políticas internas de consumo energético», advirtió el exvicepresidente.
Antecedentes y fundamentación técnica
Argentina ya había utilizado el huso -4 en el pasado. En 1920 lo adoptó oficialmente, pero fue modificado en 1969 a -3. Posteriormente, en 1999, se intentó volver al huso -4 mediante la ley 25.155, que fue derogada por la ley 26.350 en 2007.
El actual proyecto se apoya en un informe de la doctora Andrea Pattini, directora del Instituto de Ambiente, Hábitat y Energía (INAHE) del CONICET Mendoza, que remarca los beneficios energéticos de adecuar el huso horario al natural.
El cambio, de aprobarse, impactaría no solo en la economía y el sistema energético, sino también en la vida cotidiana de los argentinos, alterando los horarios de inicio de actividades laborales, escolares y recreativas.










