Las elecciones legislativas del próximo domingo no solo definirán la nueva composición del Congreso Nacional, sino también el equilibrio político de la gestión de Javier Milei, el presidente más minoritario desde el retorno democrático. En juego están 127 bancas en Diputados —sobre un total de 257— y 24 escaños en el Senado, correspondientes a la Ciudad de Buenos Aires, Entre Ríos, Salta, Santiago del Estero, Chaco, Río Negro, Neuquén y Tierra del Fuego.
La Libertad Avanza: el bloque con mayor margen de crecimiento
La fuerza oficialista La Libertad Avanza (LLA) arriesga solo 8 de sus 37 bancas en Diputados y podría convertirse en el bloque de mayor crecimiento tras los comicios. Las proyecciones indican que podría alcanzar alrededor de 80 diputados, acercándose al tercio necesario (87) para blindar los vetos presidenciales, aunque aún lejos del quórum propio (129).
En el Senado, el escenario resulta aún más favorable: al haber debutado en 2023, LLA no renueva ninguna banca y podría triplicar su representación, pasando de 6 a entre 14 y 18 senadores, con el apoyo del formoseño Francisco Paoltroni, aliado del oficialismo.
Aun así, Milei necesitará acuerdos con otros espacios, principalmente el PRO, con el que mantiene una alianza parlamentaria estratégica pero inestable.
El PRO arriesga más de la mitad de sus bancas
El PRO pone en juego 21 de sus 35 bancas en Diputados. Según los sondeos, podría compensar parte de esas pérdidas mediante listas conjuntas con La Libertad Avanza en Córdoba, Ciudad y provincia de Buenos Aires, Entre Ríos y Río Negro.
El expresidente Mauricio Macri reconoció recientemente la necesidad de construir una “nueva mayoría” en el Congreso, al admitir que el respaldo de su partido será insuficiente para garantizar la gobernabilidad.
En el Senado, el bloque amarillo expone 2 de sus 7 escaños, lo que podría reducir su representación a cinco miembros.
El kirchnerismo busca conservar la primera minoría
El bloque Unión por la Patria, que pasará a llamarse Fuerza Patria, arriesga 46 de sus 98 bancas en Diputados. De acuerdo con estimaciones del portal Parlamentario, podría quedar con entre 86 y 100 diputados, conservando la primera minoría pero perdiendo el poder de bloqueo que tuvo durante la primera etapa del gobierno libertario.
En el Senado, el espacio expone 15 de sus 34 bancas y podría mantener entre 28 y 32 senadores, consolidándose como principal bloque opositor, aunque sin capacidad para alcanzar el quórum propio de 37 miembros.
Radicalismo y bloques provinciales, en retroceso
La Unión Cívica Radical (UCR) enfrenta un escenario complicado: arriesga 11 de sus 14 bancas y quedará sin su jefe de bloque, Rodrigo De Loredo. Podría conservar solo entre tres y cinco escaños nuevos, principalmente en Mendoza, Corrientes y Jujuy.
Otros espacios vinculados al radicalismo, como la Liga del Interior (los llamados “radicales con peluca”) y Democracia para Siempre, también sufrirán pérdidas.
El bloque Encuentro Federal, que se reconfigura como Provincias Unidas, se juega 7 de sus 15 bancas y podría transformarse en árbitro legislativo entre el oficialismo y el kirchnerismo, con el liderazgo político del cordobés Juan Schiaretti.
Izquierda, Coalición Cívica y partidos provinciales
El Frente de Izquierda arriesga 4 de sus 5 bancas, mientras que la Coalición Cívica expone 4 de 6. Ambas fuerzas quedarían con menor peso legislativo y capacidad de incidencia.
Las 14 bancas restantes de Diputados corresponden a partidos provinciales, cuyos votos podrían ser decisivos en la aprobación de leyes clave. En el Senado, fuerzas menores como el Frente de la Concordia (Misiones) y Por Santa Cruz mantendrán su influencia como actores fundamentales para alcanzar el quórum.
Conclusión:
La nueva composición del Congreso tras las elecciones legislativas definirá la gobernabilidad del segundo tramo del gobierno de Javier Milei. Mientras el oficialismo busca consolidar su base y acercarse al tercio parlamentario, la oposición se reorganiza para no perder su peso en el tablero político.
