En lo que va del año, Argentina ha sido escenario de varios temporales extremos, con lluvias récord en zonas densamente pobladas como el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA) y Bahía Blanca. Expertos advierten que estos eventos no son aislados, sino parte de una tendencia creciente impulsada por el cambio climático.
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La doctora Inés Camilloni, profesora emérita de la Universidad de Buenos Aires, investigadora del Conicet y coautora de informes del Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC), explicó que «en las últimas décadas aumentó la cantidad de días con lluvias superiores a 100 milímetros». La científica señaló que este patrón es «un efecto directo del cambio climático inducido por actividades humanas«.

Un estudio publicado en 2014, con participación de Camilloni, Vicente Barros, el INTA, el Conicet y la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la UBA, ya había anticipado esta evolución. Detectaron un aumento significativo de precipitaciones en el territorio subtropical argentino desde 1960. Esta transformación favoreció la expansión agrícola en zonas antes semiáridas, pero también potenció las inundaciones en áreas rurales y urbanas.

El caso más impactante fue el del 7 de marzo en Bahía Blanca, cuando en solo ocho horas llovieron más de 300 milímetros, casi la mitad del promedio anual. El evento, el más intenso desde 1956, combinó un frente frío con suelos saturados y temperaturas previas superiores a los 40°C. Según la iniciativa World Weather Attribution (WWA), este fenómeno extremo dejó más de 300.000 personas afectadas y 18 fallecidos confirmados.

En mayo, nuevos temporales azotaron a la Ciudad de Buenos Aires y 30 municipios bonaerenses, con acumulaciones récord de agua. Desde la WWA, expertos de Argentina, Estados Unidos, México y Europa aseguran que este tipo de eventos climáticos extremos serán aún más frecuentes en el futuro si la temperatura global sigue aumentando.

Advirtieron que una ola de calor como la del verano pasado en el sur de Sudamérica sería «virtualmente imposible» sin el calentamiento global de 1,3°C ya registrado, y que su frecuencia se multiplicará bajo escenarios futuros de hasta 2,6°C de calentamiento. (Con información de Infobae)







