La política argentina se encuentra en vilo ante una propuesta que podría reconfigurar el mapa del poder: trasladar la Capital Federal. Senadores de distintos bloques presentaron proyectos de ley para mudar la sede del gobierno a provincias como Entre Ríos (Paraná) y Río Negro (Viedma y Guardia Mitre).
Un nuevo debate sacude la política argentina. Un grupo de senadores presentó proyectos de ley que buscan nada menos que trasladar la Capital Federal de Buenos Aires a otras provincias. Entre las opciones más fuertes suenan Paraná, Entre Ríos, y el distrito conformado por Viedma y Guardia Mitre, en Río Negro.

La iniciativa, que busca fomentar un federalismo más equitativo, ha generado un intenso debate en el Congreso. Los promotores argumentan que un cambio de sede podría descentralizar el poder político y económico, y generar nuevas oportunidades de desarrollo en regiones históricamente relegadas.
Paraná y Viedma-Guardia Mitre son las ciudades que más fuerza han ganado en este debate. Por un lado, Paraná, capital de Entre Ríos, se presenta como una opción estratégica por su ubicación geográfica y su capacidad para albergar las instituciones gubernamentales. Por otro lado, Viedma-Guardia Mitre, en la Patagonia, fue propuesta originalmente por Raúl Alfonsín y cuenta con el respaldo de legisladores de la región.

¿Cuáles son los argumentos a favor de este cambio? Los impulsores de la iniciativa destacan los siguientes puntos:
- Descentralización: Alejar el poder político y económico de Buenos Aires permitiría un desarrollo más equitativo en todo el país.
- Nuevas oportunidades: El traslado de la Capital Federal generaría empleo y desarrollo en las regiones elegidas.
- Ejemplo de otros países: Brasil, por ejemplo, ha trasladado su capital administrativa, lo que ha favorecido el desarrollo de regiones menos favorecidas.
Sin embargo, la propuesta también enfrenta críticas. Algunos sectores temen que un cambio de sede genere inestabilidad institucional y perjudique la economía de Buenos Aires. Además, se cuestiona la viabilidad económica y logística de un traslado de esta magnitud.
El Congreso argentino se encuentra ahora en la tarea de evaluar estas propuestas y decidir si avanza con este ambicioso proyecto. La decisión tendrá un impacto profundo en la geografía política y económica del país.









