Córdoba sigue conmocionada por el brutal doble femicidio que tuvo como víctimas a Luna Giardina y su madre Mariel Zamudio, asesinadas presuntamente por Pablo Laurta. El acusado fue detenido días atrás en Entre Ríos cuando intentaba huir con su hijo de cinco años.
El pequeño, identificado como Pedro Teodoro Rodríguez Laurta, quedó bajo la protección del Consejo Provincial del Niño, el Adolescente y la Familia (COPNAF). Según informaron fuentes oficiales, atraviesa un cuadro de shock y trauma emocional severo. Por esta razón, fue asistido por equipos interdisciplinarios de psicólogos y trabajadores sociales.
Posteriormente, se definió su traslado a Paraná y luego a Córdoba, donde será revinculado con familiares maternos. La tía de Pedro, hermana de Luna, viajó desde Chile para asumir la guarda del niño.
Evaluación psicológica y acompañamiento
Desde el COPNAF explicaron que se activó un protocolo de contención inmediata. “Se realizaron las primeras intervenciones en Entre Ríos y se priorizó que el niño quedara con su entorno familiar más cercano, evitando institucionalizarlo”, indicaron desde el área social.
El menor continúa acompañado por profesionales de salud mental, ya que su estado emocional se mantiene delicado. “Queda pendiente una resolución de fondo sobre cómo seguirá su vida y con quiénes vivirá”, detallaron las fuentes.
Un plan de fuga meticuloso
Según la investigación judicial, Laurta —fundador del sitio antifeminista Varones Unidos— había planificado un escape detallado tras cometer el crimen. El 11 de octubre, luego de asesinar a Luna y Mariel, se llevó a su hijo, tomó un taxi hacia la terminal de Córdoba y contrató un remis rumbo a Gualeguaychú.
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Pagó 1.500.000 pesos por el viaje, dinero que había obtenido tras cambiar dólares. Durante el trayecto, el niño se descompuso varias veces, lo que obligó al conductor a detenerse. Esa secuencia de eventos fue clave para que las fuerzas de seguridad rastrearan al prófugo y concretaran su detención antes de que cruzara la frontera.
El caso no solo conmocionó al país por la brutalidad del hecho, sino también por la situación de vulnerabilidad en la que quedó el pequeño Pedro, quien ahora inicia un proceso de acompañamiento psicológico y contención familiar. (El Doce)
