La Niña en noviembre. Foto: Meteored.
La Niña en noviembre. Foto: Meteored.

El fenómeno de La Niña, que ya había mostrado señales de fortalecimiento en octubre, se impondrá con fuerza durante noviembre, marcando un cambio significativo en los patrones climáticos de Argentina. De acuerdo con especialistas, este fenómeno traerá una disminución de las lluvias y temperaturas más variables, afectando especialmente al Litoral y al centro del país.

Según el meteorólogo Leonardo De Benedictis, “el punto de partida está dado por el fortalecimiento del fenómeno La Niña, lo que augura un cambio sustancial en la dinámica climática del país”. Los efectos más notorios se reflejarán en una menor frecuencia de precipitaciones, lo que podría comprometer la actividad agropecuaria en varias provincias.

Menos lluvias y mayor déficit hídrico en el Litoral

Durante noviembre, el patrón climático de La Niña generará mayor estabilidad atmosférica, lo que reducirá los eventos pluviales en amplias zonas del país. Aunque los primeros días del mes podrían registrar “algunos pulsos de humedad”, la tendencia predominante será hacia un noviembre más seco de lo habitual, con déficit de lluvias en la región pampeana, el Litoral y el este argentino.

Los especialistas advierten que esta falta de precipitaciones podría provocar un déficit hídrico progresivo, especialmente en los suelos que no lograron una recuperación completa tras las lluvias de octubre. Las provincias de Buenos Aires, Entre Ríos y Santa Fe serían las más afectadas, con impacto directo en los cultivos de soja, maíz y trigo, pilares de la economía nacional.

Foto: Meteored.
Foto: Meteored.

“El escenario es preocupante: los productores enfrentarán un mes con menos lluvias y mayor estrés hídrico. Será clave el manejo del suelo y la planificación de riegos para sostener los cultivos”, indicaron desde Meteored Argentina.

Impactos regionales y proyecciones agrícolas

En contraste con el panorama del centro y este del país, el norte argentino podría registrar precipitaciones levemente superiores a los promedios históricos, particularmente en el norte del Chaco y el oeste de Formosa. Sin embargo, estos valores no compensarán el déficit generalizado que se prevé en el resto del territorio nacional.

Por su parte, la Patagonia mantendrá condiciones “dentro de los valores normales”, sin grandes alteraciones en su régimen de lluvias. No obstante, la falta de agua en el Litoral y la zona pampeana podría afectar la ganadería y la producción de forrajes, sectores que dependen directamente de un adecuado balance hídrico.

Ante este panorama, los productores agropecuarios deberán adaptar sus estrategias, priorizando el uso eficiente del agua, el manejo conservacionista de los suelos y la planificación de cultivos resistentes a la sequía. Además, se espera un aumento en los costos operativos, debido al mayor uso de riego y las dificultades para mantener las plantaciones en condiciones óptimas.

Conclusión: una campaña agrícola condicionada por el clima

Con La Niña consolidada, Argentina enfrenta un noviembre desafiante desde el punto de vista climático y productivo. El déficit de lluvias afectará directamente la productividad del campo, obligando al sector agropecuario a ajustar estrategias para mitigar los efectos del fenómeno.

Los pronósticos a mediano plazo indican que esta fase de La Niña podría extenderse hasta el verano, lo que mantiene en alerta al sector rural y a las provincias más dependientes del régimen pluvial.

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